Hoy queremos hablar sobre la Torre de Babel. ¿Existió realmente o se trata de una simple leyenda?, ¿La diversidad del lenguaje es un castigo divino?
Esta historia se encuentra en las páginas de la Biblia, concretamente en el Génesis. La historia cuenta cómo en la antigüedad los hombres hablaban en una misma lengua y con el afán de exaltarse a sí mismos y llegar hasta el cielo proclamándose en igualdad a Dios, comenzaron a construir una torre muy alta.
Dios les había designado tras el diluvio de Noé, dispersarse y llenar la tierra. Sin embargo, ellos decidieron permanecer juntos y hacer obras maravillosas que les dieran reconocimiento. Al ver Dios lo que estaba realizando el hombre, confundió su idioma para que entre ellos no se entendieran, originando así la diversidad de las lenguas.
Así concluye la historia de la construcción de la Torre de Babel, una torre que pretendía representar la unidad y el poder, simboliza ahora la desunión y el fracaso.
¿Está nuestra generación viviendo una nueva «babelización»?
Esto es lo que muchos se preguntan… Y es que, Europa lo tuvo claro a la hora de elegir la arquitectura de su sede parlamentaria.
Cuando se inauguró el Parlamento Europeo, en panfletos pusieron una caricatura con la imagen de la Torre de Babel. El lema de la campaña era: “Europa: Muchas lenguas, una voz”.
Realmente el problema de Babel no radicaba sólo en la diferencia de idiomas sino en la variedad de pensamientos, mentalidades e intenciones. Cuando cada hombre busca la gloria propia, no podemos entendernos.
Si queremos que la humanidad alcance unidad, debemos dejar de construir nuestros propios imperios y egos para caminar juntos aunando fuerzas.
No sabemos si la historia de La Torre de Babel fue real o una leyenda, lo que sí podemos afirmar es que sea en una lengua u otra: “el hombre es un ser social por naturaleza” Aristóteles.